Jugar a rol con los hijos
Esto es algo que muchos autores de juegos de rol han intentado promover estos últimos años y con mucho éxito. Siempre vi esta propuesta como una manera más de seguir promoviendo el rol entre los más peques de la casa y así heredar este Hobby. Pero la verdad nunca pensé en aplicármelo. Alguna vez pensé en empezar esta andadura, pero siempre se quedaba en eso, un pensamiento.
Hace poco me puse las pilas y me propuse empezar una campaña formada por sesiones de capítulos cortos con mis hijos, una niña y un niño de 6 y 4 años respectivamente.
Jugando con ellos he descubierto algunas cosas interesantes como; la gran capacidad de los niños de imaginación e inmersión en el mundo que les describimos, su imaginación supera a la nuestra infinitas veces. Son capaces de olvidarse por completo de que están sentados en la mesa del salón de casa, para estar caminando por un camino nevado en la oscuridad a la luz de las antorcha en tan sólo cuestión de segundos. Su capacidad de imaginación es tan grande que incluso, en una ocasión (esta fue la primera vez que me di cuenta) se llegaron a darse los dos la vuelta en las sillas, para mirar que tenían detrás simultáneamente, mientras les describía que tras ellos se escuchaba un sonido extraño en unos arbustos.
Por otro lado, aunque narrar para niños parezca una tarea fácil, puedo asegurar que para nada lo es. A un niño de 4 ó 6 años que aún no han ni empezado la primaria, pero que aún así son esponjas ansiosas de aprendizaje, no les puedes hablar de cualquier manera ni puedes describir enemigos terroríficos, porque les puede dar miedo y menos aún, presentarles una historia muy complicada o incoherente. Porque se dan cuenta y te preguntan el ¿porqué? de las cosas que no les cuadra. Es importante hablarles bien. Evitar palabras malsonantes, no sólo en la mesa de juego, sino en todo momento como es evidente. A estas edades los niños tienen una inocencia que nosotros mismos hemos perdido con el paso de los años, por nuestras vivencia, por Internet, la televisión. Pero ellos aún la conservan intacta, un niño nunca harán nada con maldad ni harán nada con doble intención. Tenemos que darnos cuenta también, de que nosotros somos sus padres y madres. Somos esa personas en las que nuestros hijos depositan su confianza de forma plena y también somos para ellos, un pilar en los que ven seguridad. No podemos describir algo que para el niño sea terrorífico o menos aún traumático. Piensa que ese niño para el que estás narrando, tiene mucha más imaginación que tú. Está acostumbrado a montarse sus mundos de juego en su cabeza y ellos lo viven como una realidad más de su día a día y podrían asustarse con mucha facilidad. Cómo máster tú objetivo es hacer que el juego sea divertido. Puedes jugar cualquier ambientación con ellos evitando lo evidente lógicamente (Kult, MdT, Cthulhu, etc...). Presenta siempre un mundo colorido y activo. Utiliza música y apóyate en imágenes para las descripciones de los pnj. Para ellos es mucho más fácil asimilar una imagen que una tediosa descripción por muy bien que nos la curremos.
Las partidas no deben ser muy largas. Una hora y quince minutos o incluso menos es el tiempo que los niños (al menos los míos) aguantan antes de disparatarse y empezar a correr otra vez por el salón. No te preocupes y menos aún té enfades, si en medio de la sesión se levantan de la mesa. Hazlos volver a sentarse metiendo un evento, algo que les llame su atención nuevamente. Un -¡Y de repente veis…!-. Se quedarán mirándote perplejos y ansiosos por saber qué está pasando y solitos volverán a sentarse.
La partida tiene que ser dinámica y con un objetivo claro. Al principio pensarás que sucede todo muy deprisa y corriendo, pero es que debe ser así. Olvida las sesión es con tus amigos de 4 ó 5 horas. Estos niños tanto roleando como en la vida real lo quieren todo, ya y ahora. Y tú, como estáis jugando, te puedes dar el gran privilegio de darles todo lo que pidan “Ya y ahora” como a ellos les gusta. Ellos son los protagonistas de la historia. Desde el primer momento ellos tienen que sentarse a la mesa sabiendo que personajes van a interpretar ayúdate como antes de imagenes para que ellos puedan elegir lo que mas les guste. Como cuando eligen un muñeco o figura de acción en la tienda de juguetes. Nada más empezar danés el objetivo de la misión. También dales por medio de algún pnj todo lo necesario como un plano, objetos mágicos, comida para el viaje. Nada le gusta más a un niño que llevar la mochila repleta de cosas nuevas. Te aseguro que no hará falta que se apunten nada en el inventario. A estos pequeños monstruitos no se les olvida nadita de lo que llevan sus personajes.
Haz que los pnj interaccionen con ellos. Pon voces distintas y por supuesto hazlos reír. Tus pnj deberán tener personalidades bien diferenciadas entre ellos. Aún recuerdo cómo mi hija me dijo una vez: <¡Chuos Papi! por un momento no te veía a ti, tú no estabas, sólo veía a la araña gigante hablándome>
Bueno a lo que íbamos después de darles la misión y equiparlos metemos en el meollo y pasa rápido a la acción. Trata de que la historia sea algo más o menos lineal, como por ejemplo; Ir a recuperar el tesoro de la aldea en la que vivís, que fue robado por un dragón. Teniendo que pasar primero a salvar al mago Darelin para que os ayude, de unos orcos que lo han atrapado en una cueva.
Con un argumento así tendrás para una hora aproximádamente.
Otra cosa importante que mencionar, es que no necesitas hoja de personaje ya que ni a ellos ni a ti por ahora os va ha hacer realmente falta. Si ya tus hijos se apañan con la escritura y los número puedes, si quieres, hacerles unas hojas de personaje muy simples para que apunten el equipo y si te animas por qué no apuntar también sus atributos físicos. En mi caso para las tirada de dado me gusta que usen un sistema parecido al de d20. Según la acción, les digo si es muy difícil o no y les digo cuánto tienen que sacar en el dado. Y para el daño uso el d6 siendo el (6 natural) el crítico. De esta manera el heroísmo en las partidas aumenta considerablemente ya que es más probable sacar el 6 en el daño que el 20 en el ataque, aunque también usamos el (20 natural) como crítico, tirando dos veces el daño.
La verdad es que la experiencia hasta ahora está siendo de lo más satisfactoria. No podéis imaginar mi cara al ver cómo ahora son ellos los que vienen y me piden a mi jugar. Eso la verdad, no tiene precio. Probarlo y me entenderéis.
Ahora os animo a todos a que probéis, a que aprovechéis a jugar con vuestros hijos y más ahora que vivimos en una sociedad individualista de, corre corre, televisión, móviles, videojuegos... que sin darnos cuenta nos separan cada vez más a los miembros de nuestra propia casa. Siéntate con ellos a disfrutar y jugar.
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